miércoles, 26 de enero de 2011

Problemas de pronunciación

Hablamos de vacilaciones de pronunciación para referirnos a aquellos procesos que se dan en voces con más de una posible pronunciación,. Para estas palabras, el diccionario utiliza la remisión: a veces nos muestra a preferencia de un término, pero no siempre.
La aceptación de algunos dobletes como acumular/cumular, anublar/nublar, apostillar/postillar, atosigar/tosigar puede causar la aparición de vulgarismos con idéntico proceso: rascarse/arrascarse, radio/arradio, moto/amoto.
Un caso diferente lo constituyen las dobles pronunciaciones originadas por un refuerzo en la articulación: los casos de hiedra/yedra o hierba/yerba se deben al cambio de una semiconsonante en posición inicial de palabra cuya articulación ha sido reforzada por el hablante dando lugar a una consonante palatal. La diferente realización fonética de estas palabras supone un reajuste silábico: en la primera forma, la silaba inicial está constituida por un núcleo se ha convertido en una consonante pasando a formar parte del ataque. Por motivos parecidos se explican las realizaciones de huevo y hueso en forma de *guevo y *gueso o bien en forma de *buevo o *bueso. Pero en este vaso las realizacíones velarizadas o labializadas están marcadas socialmente como vulgares.
Consideramos errores de pronunciación aquellas articulaciones que no pertenecen a la norma oral del español: en la mayoría de los casos se trata de reducciones consonánticas o vocálicas en el marco de la palabra, favorecidas por estructuras silábicas complejas.
Ahora bien, hay ciertas cuestiones generales en torno a la elocución que debemos considerar. Debido a su alto porcentaje de aparición en el habla, la buena articulación de los sonidos vocálicos incide de manera determinante en la inteligibilidad y claridad de la cadena de habla resultante. Se debe prestar especial atención al movimiento del maxilar y de los labios, evitando una relajación de las vocales, que se percibe como una falta de vocalización, censurable desde el punto de vista ortológico.
Debemos destacar la necesidad de moderar los rasgos fonéticos resultado del contacto de sonidos o de la distribución de los mismos. Extender la nasalización a toda la cadena hablada, realizar una excesiva abertura de vocales en sílaba abierta o relajar las vocales finales constituyen algunos de los casos considerados como errores de elocución. No obstante, tiene especial relevancia el dominio de los estilos de pronunciación dependiendo del registro del habla: algunas articulaciones se toleran en habla coloquial o familiar, pero no en lectura o habla formal.
Cuando hablamos de los sonidos vocálicos podemos afirmar que el principal foco de errores lo constituye la pronunciación de los grupos de vocales, tanto entre palabras como en el enlace de palabras.
La pronunciación castellana tiende a convertir siempre que sea posible todo conjunto de vocales, cualesquiera que sean, en un grupo monosilábico. Si las vocales no son accentuadas, su reducción se produce más fácilmente; si son iguales, se contraen más fácilmente que si son diferentes, y si proceden del enlace de palabras distintas, mejor que si se hallan dentro de una misma palabra.
Generalmente la reducción de las vocales se atribuye a los siguientes factores:
  • La identidad de timbre vocálico: las vocales con el mismo timbre.
  • El tipo de dicción: cuanto más rápida es la velocidad de habla, mayor tendencia a la reducción.
  • La tonicidad de la sílaba donde aparece el grupo de vocales: las vocales átonas se debilitan con mayor facilidad que las tónicas.
Mientras que los principales problemas de pronunciación en los sonidos consonánticos se dan en las posiciones implosivas, si bien también debemos referirnos a ciertas desviaciones ortológicas ocasionadas por la pronunciación de determinadas grafías.
  • Consonantes en posición final de sílaba (coda compleja /bs/ pronunciada como /s/)
  • Grafías "h" y "x".
Y por último, encontramos los extranjerismos, que son todos aquellos términos que se usan en español pero proceden de otra lengua. Y cabe decir, que en nuestra lengua se han incorporado nombres comunes que todavía no forman parte del léxico general, se han incorporado algunos términos con una adaptación fónica total y otras, en cambio, con una adaptación fónica parcial.


Glosario

Aféresis. Desaparición de un elemento fónico al principio de la palabra.
Apócope. Desaparición de un elemento fónico en final de palabra.
Asimilación. Desaparición o cambio de algún elemento para diferenciarse más de los sonidos de la palabra.
Disimilación. Desaparición o cambio de algún elemento para diferenciarse más de los sonidos de la palabra.
Sinalefa. Pronunciación en una sola sílaba de la vocal final de una palabra y la vocal inicial de la siguiente
Epéntesis. Inserción de un elemento fónico en interior de palabra.
Metátesis. Inversión de una sílaba en una palabra.
Paragoge. Inserción de un elemento fónico al final de palabra.
Préstamo. Palabra procedente de un sistema lingüístico ajeno.
Prótesis. Inserción de un elemento fónico al principio de palabra.
Síncopa. Desaparición de un elemento fónico en interior de palabra.
Vulgarismo fónico. Error de pronunciación que algunas veces obedece al registro de habla (normalmente asociado a un nivel cultural bajo), pero que otras es el resultado de una ultracorrección.
                                                                        
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